George Miller vuelve al personaje que tanta fama le dio hace ya más de 35 años y lo hace por todo lo alto. No es un remake como muchos insistían en decir, es una secuela pero que no queda claro en qué lugar colocarla, si entre la segunda y tercera o después de la tercera, pero eso da igual ya que es una aventura más de nuestro guerrero de la carretera Max. Sí queda claro que es después de lo hechos ocurridos después de la primera entrega, después del apocalipsis del que se habla al inicio de la segunda parte, en que cuenta como la tierra quedó prácticamente desolada, las ciudades devastadas, donde el mundo que conocíamos ha desaparecido para dar paso a una locura que se organiza en pequeños grupos los cuales subsisten como pueden a costa de otros, saqueando, robando y creando sus propias leyes y fronteras.
En esta ocasión no está presente Mel Gibson, el que diera vida a Max en las tres anteriores entregas. Toma el testigo del personaje Tom Hardy el cual viene muy bien acompañado en esta historia con Charlize Theron quien da vida a un estupendo personaje, Imperator Furiosa, a la que casi la tendríamos que considerar como protagonista de la película. Diálogos más bien pocos, acción mucha.
Mad Max: Furia en la carretera no cuenta con un gran guión. Es una historia muy sencilla, con una brevísima introducción para meternos en situación, y que entra directa al grano sin rodeos ni contemplaciones. Una persecución constante y poco más. Ahora bien, es una persecución espectacular, adrenalínica e increíble, con algunas secuencias que pasarán a la historia del cine y serán durante mucho tiempo recordadas.
La ambientación, la estética, el estilismo de los vehículos es brutal, increíble, fabuloso, muy fantasioso pero realmente fabuloso. Es impresionante el cuidado que se han tomado para cuidar hasta el más ínfimo detalle. Una cosa que me gusta es que, como ya he dicho, visualmente es genial, pero en el apartado de efectos visuales está muy comedida. Los vehículos son reales, las persecuciones, vuelcos y demás también lo son. Los efectos visuales realizados por ordenador no son muchos y cuando se usan es para hacer más grande la historia pero no son el eje central de esta ni la historia se sustenta sobre ellos.
La música que acompaña en todo momento a la persecución de vehículos (acompaña literalmente) es atronadora y estupenda, que nos consigue acelerar aun más las pulsaciones y consigue meternos aun más en esta subcultura del petróleo, de la rapiña y de la supervivencia.
El villano vuelve a estar interpretado por Hugh Keays-Byrne, digo vuelve ya que es el mismo actor que dio vida al líder de la banda de motoristas que cambiaba el curso de la vida de nuestro anitihéroe en Mad Max: Salvajes de la autopista, pero ojo, el personaje villano NO es el mismo. En esta ocasión da vida a Inmortan Joe con un estilismo muy peculiar y que dirige con mano férrea una sociedad propia con un sistema y estructura cuando menos peculiar y muy curioso.
Mención especial también para Nicholas Hoult a quien no reconocí inmediatamente y fue un amigo que vino conmigo al cine quien me hizo ver quien era (me dijo que era Bestia, de los X-Men, entonces lo reconocí, que si no...) que interpreta a un gran personaje.
Si buscas una buena película de acción trepidante de principio a fin, con unos efectos visuales apabullantes, con unos vehículos imposibles e impresionantes y con unas chicas preciosas, esta es tu película para pasártelo bomba durante dos hora. Yo debo admitir que disfruté mucho viendo esta película. Me lo pasé muy, muy bien y eso es lo que cuenta a la hora de ver una película.
Aquí os dejo otras críticas o reseñas de otros fantásticos blogs amigos:
- Aleucine
- BarrySpawn88 (youtuber)
Buenas noches y buena suerte.
Gaspar Torrens
"Los finales felices son historias sin acabar".
Angelina Jolie (Sr. y Sra. Smith)
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